¿Dónde están tus límites?

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La vida a veces se presenta complicada; nadie te avisa que todo se va a torcer de una manera tan inesperada y difícil, que hará que te replantees muchas cosas. Te hará dudar de ti mismo y de tu fortaleza. Llegarás a pensar «no puedo más».

Pero… ¿dónde está el límite? ¿Dejarnos vences y  ya está? No, de eso nada. No hay nada en el mundo que nos destroce tanto como para tirar la toalla. Nada. Será difícil; será duro; dolerá… pero de todo se sale. No lo digo yo, lo dice la experiencia.

No lo digo como un mantra: «yo puedo»; de estos que están tan de moda ahora: positivismo. Es que yo puedo; con esto y con lo que me echen.

Hay situaciones en las que perdemos el control y creemos que todo está perdido; pero no es cierto. No es que el tiempo lo cure todo, no diré tal cosa porque no es cierto; lo único que hace el tiempo es calmar un poco las cosas, dejar que «maceren» y eso nos permite ver las cosas desde otra perspectiva, nada más.

Al principio puede que lo veamos todo negro, pero pasado un tiempo, el negro pasa a un gris oscuro, luego un poquito más claro y, ¿por qué no?, quizá un día ese gris pase a ser un color vivo y haya una solución al final.

Y al final, cuando miremos atrás, cuando veamos que está superado, lo que veíamos negro quedará como una anécdota dolorosa que ocurrió para hacernos aprender; para hacernos crecer; para hacernos más fuertes.

Tan solo se trata de aguantar en la lucha.

SGS

5 respuestas a “¿Dónde están tus límites?

  1. Verde con T 25 May, 2016 / 7:04 pm

    No nos tenemos que dejar llevar por la desesperación, porque luego lo malo queda atrás y en el presente solo quedamos nosotros y nuestras ganas de seguir luchando.

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    • Sandra García 25 May, 2016 / 8:05 pm

      Tienes toda la razón! Aunque a veces sea difícil, ni hay que desesperar!
      Gracias por comentar!
      Un abrazo! 😚

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    • Sandra García 27 julio, 2016 / 8:17 pm

      Muy buena pregunta…y siento decirte que no tengo la respuesta adecuada. Tan solo mi visión.
      He vivido esforzándome en resistir; el dolor era demasiado y estuve a punto de perder la razón; salí adelante porque permití que el dolor me envolviera, dejé que pensara que había ganado y cuando menos se lo esperó gané la batalla.
      No fue fácil, pero valió la pena.
      Gracias por tu pregunta…me ha hecho reflexionar.
      Un abrazo!

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