Érase una vez un sueño imposible…

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«Trece años después, en el aniversario de su muerte, él fue a buscarla. Sabía que ella seguía esperándolo en aquellas escaleras, el mismo día del año, con la esperanza de verlo a lo lejos y escuchar el rugir de su moto. Por fin su sueño imposible se había cumplido.»

Hoy hace trece años que te vi por última vez. Trece. Se dice pronto, pero en realidad es toda una vida. Te has perdido tantas cosas…

Va a ser una semana difícil, llena de recuerdos tristes imborrables y de recuerdos entrañables, como los que vivimos esta misma tarde hace trece años. ¿Dónde está mi hermano mayor ahora? Te sigo echando tanto de menos…

Me prometiste que volverías a buscarme; me prometiste un paseo que sigo esperando. Soy una egoísta, lo sé, pero sigo esperando. Vuelve. Vuelve y pasemos unas horas juntos. Llévame en la moto por la autopista hasta el Montseny, como hacías con tus amigos y al volver yo ya no estaré. Me cambio por ti.

Sigo pensando lo mismo que el primer día; sigo pensando que ojalá hubiera sido yo la que se fue ese día y que tú estuvieras llorando mi pérdida. Me hubiera cambiado por ti una y mil veces; aún hoy me cambiaría por ti.

¿Pero qué digo? Son imposibles. Sueños imposibles.

Aprendo de ti y afrontaré esta vida tan puta, perra y egoísta y pasaré la semana luchando entre sonrisas y lágrimas; te prometo que lo intentaré.

No hay piedra que no podamos afrontar ni aguantar ni tragedia que no podamos superar. Sigo intentándolo día a día, es mi lucha personal.

Suele decirse que idolatramos a los que ya no están, que los subimos a un pedestal y nadie estará nunca a la altura. No es verdad. Que no sea objetiva no me convierte en ignorante. Luchaste con fiereza por lo que querías, arriesgando y sacrificando cosas que consideraste secundarias e innecesarias. Muchos decían que vivías con prisa, como si la vida se te escapara entre los dedos…y tenían razón.

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Gracias por todas las lecciones y todo el amor, Toni. Te echo de menos.

«Sigo aquí; el dolor es mi privilegio porque si puedo sentir dolor puedo experimentar el placer.»

Tu niña

Nota: A mis niñas, estoy bien. Solo es una entrada más, un desahogo. No estoy triste ni lo voy a estar; tengo demasiado en qué pensar y demasiadas cosas que hacer. Don’t worry! Mar, esta semana intento haceros una visita, prometido. Mari, ¿coffee?